martes, 15 de septiembre de 2009

NO PASÓ


Alguna vez, en plena orgía de los noventa, un funcionario menemista confesó sin ponerse colorado ante un hecho de corrupción, que la estrategia era muy simple: tirar uno o dos hechos por semana hasta que la gente se acostumbre. Igual que los pinchazos, duele el primero después se produce un acostumbramiento y el resto pasa desapercibido.
El jueves, en horario vespertino programaron un encuentro de cuarta división (se supone que tendrá policía adicional) donde cocinan a fuego lento otro incidente con ribetes escandalosos que de paso servirá para dejar pegado a Asociación Iris, club que produce cierto escozor en las huestes del breve. Otro incidente más desplaza el eje de los lamentables hechos de Romero y se disipa ese humo tóxico y fétido que llega desde Melchor Romero. No se descarta en el corto plazo diferentes escaramuzas para bajarle el perfil al anterior y así hasta que algún iluminado concluya en que es la sociedad la que está violenta y el fútbol de liga no hace más que reflejar ese estado. Típico pensamiento del alternativo y distinto quien cree que su mediocridad es parte de la mediocridad general. Le sirve a él en su opaco transcurrir. ¿Le servirá a la Liga?

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