
La regla es que no haya reglas. Por estas horas los distintos componentes que sustentan el organigrama del breve juegan sus roles con asombrosa coordinación. Aunque claro para perjudicar no para sumar calidad institucional. El fallo que pretende ¿resolver? la tragedia de Romero es una muestra sin desperdicios. Fue publicado a la media tarde del día viernes con el único objeto de impedir cualquier reacción judicial. Pero lo publicado no tiene los fundamentos que sustentan la sanción, que se entiende se hace por cuestiones de espacio (¿no hubiera sido bueno que lo dieran a conocer como elemento ejemplarizador?). Pero, repasemos el proceso. Producidos los hechos (sábado 12) se reciben los informes (árbitros, veedores, Policía, etc) el lunes 14, ¿en qué momento se le dio traslado a 156 San Carlos? Sin más trámite se resuelve el jueves 16 (así lo admite el breve ante Comité Ejecutivo) para publicarse escuetamente el viernes. Meteórico decisorio. Un mamarracho procesal y jurídico que apelado ante el Consejo Federal o solicitando una medida cautelar cualquier Juez suspende su aplicación y cae no solo por arbitrario sino por absurdo. Se vulnera el derecho de defensa en juicio, el debido proceso además que nada se dice que quien organiza el evento carga con las consecuencias dañosas. Sería del caso que los dos abogados sin ejercicio profesional (casualmente los Drs. Irisarri y Gliemmo no firman) que sustancian y permiten que sus nombres estén al pié del decisorio accedan al último pronunciamiento de la Corte Suprema de Justicia, caso Mosca c/club Lanús para evitarle a la Liga un bochorno judicial si es que San Carlos y el joven herido de bala deciden ventilarlo en ese ámbito. Se puede hacer justicia deportiva (eso hace el tribunal de disciplina) dando a cada uno lo suyo sin poner en ridículo a una institución casi centenaria. 
 
 
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