lunes, 12 de octubre de 2009


Con un clima decididamente adverso la competencia del breve transita por senderos poco agradables para las instituciones que sostienen, por ahora en silencio, su puesta en escena.
Una sordina apenas disimula una crisis de magnitud en el sector arbitral que los gordos no pueden ni quieren controlar. En unos días se instalará el tema.
Mientras tanto no se advierte la explosión mediática que reposicione a la Liga, al contrario, cada vez mas se nota su ausencia y la mansa aceptación que es una expresión deportiva menor. Ni hablar del patrocinio prometido por el timorato en su derrotero hacia la presidencia. Pero como decía Otto Von Bismarck “Nunca se miente tanto como antes de las elecciones, durante la guerra y después de la cacería”.
¿Será que los equipos técnicos integrados entre la Liga y el municipio están buscando la fórmula mágica para recomponer las devastadas economías de los clubes? Algo no cierra. Justo cuando las obras de las viviendas del barrio “el mercadito” se van a paralizar por una deuda de cinco meses que mantiene el gobierno nacional (que le soltó definitivamente la mano al otro timorato) con la empresa constructora el municipio va a poner $ 100.000 para oxigenar a la Liga. No parece probable. Pero hay que festejar e intentar arruinar a un club que festeja su 70º Aniversario para comer y danzar en el local que Tatoo puso en El Mondongo. Muy malo, de verdad malo y con gusto a poco.

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