AMORES PERROS

La estrategia del torero comienza a surtir efectos. El toro sigue enceguecido pero cada vez mas cansado empieza a dar las primeras señales de su final inevitable. Las embestidas cada vez llevan menos peligro aunque no está de mas tomar recaudos mínimos. Siempre quien agoniza se reserva una dosis letal para ocasionar daños. Solo eso resta esperar.

De la credibilidad de la gavilla nada por añadir. Aquella promesa espectacular de cambios milagrosos a poco de iniciar esta ruta de bochornos dejó a las claras que solo había lugar para unos pocos hijos sobreprotegidos y un resto mayoritario de entenados que solo tenían como triste función ser segundones. Gobierno para los amigos. Dádivas y privilegios; el resto: bien gracias.

Sumas siderales para mantener una fachada lamentable donde solo hay expectativas para quienes integran el clan. Los demás solo tienen que juntar sus cuotas como sea para mantener la elite.

Pero, como advirtieramos en entregas anteriores, con su plata cada uno hace lo que quiere.

Lo tremendo es que jugar a precio de "premier league" pero en medio de batallas campales y arbitrajes deplorables que siguen dirimiendo internas que nada suman deportivamente a esta Liga cada día mas decadente.

La Liga de las policiales: todos los fines de semana hay cuatro líneas en deportes y media página en policiales y lo peor, en los panfletos que apoyaron la llegada del tarupido.

Jugadores hospitalizados, lesiones estéticas graves, balas de goma y cada vez menos GENTE en las canchas. Interín el veodo-que le retiraron los espejos de la casa y cree que es Gonzalo Heredia- junto a cachete juegan sus últimas fichas en el teclado escribiendo para quienes poco se interesan por las cuestiones de "alta política" que se confeccionan en calle 6 pero se ocupan diariamente de amenazar y prometer disturbios que, como todo el mundo advierte por su agresividad, provocan exactamente lo prometido en el blog oficial los fines de semana.

Liga policial o liga deportiva, Gente que busca gente y el desegaño de estos amores perros que terminan como tienen que terminar. Siempre igual.