domingo, 27 de septiembre de 2015

NO DEJAR DE LEER

Imperdible nota del amigo Hugo Asch publicada hoy en Perfil. Necesaria.

Friedrich Segura también mató a Dios

Segura mató al grondonismo. // DyN
El presidente de la AFA, asumido como ultragrondonista, decretó la muerte de la corriente. Suena a suicidio político. Pero no. Todo se recicla.
autor Escribe
 
 
–Excelencia: el ministro de Trabajo informa que los trabajadores de Libertonia exigen jornadas más cortas.
–¡Bien! Redúzcales la hora de la comida a 20 minutos.
Y ahora señores, busquemos al nuevo ministro de Hacienda.
–¡Pero si usted nombró a uno la semana pasada…!
–Exactamente a ése me refiero. Groucho Marx, el delirante dictador Rufus Firefly, en “Sopa de Ganso” (1933).


Antes que el políticamente correcto, coleccionista de eufemismos y frases hechas, prefiero al brutalmente sincero. Así las cosas quedan claras y cada uno sabe de qué lado está. En 1990 dejé de ser secretario de redacción de Clarín y viajé a Miami a ver qué podía hacer allí. Me recibió una Sawesera exultante por los carnavales y por la caída del gobierno sandinista que, se ilusionaban, arrastraría a Fidel. Por la tarde, un amigo me llevó a lo de su tía, una señora cubana, encantadora, rubia, con su trajecito celeste.
Entusiasmado con la charla cometí dos errores: a) Conté que en mi habitación de adolescente tuve mi póster del Che Guevara. No le gustó. b) Enumeré a gente que admiro: Zappa, Alí, Miles, Borges, Dolphy, Mingus, Hendrix. Demasiados negros. Ese fue su límite. Decidió evangelizarme.
—¿Sabes lo que sucede contigo? —comenzó, didáctica, mientras servía el té—. Que vienes de un país clean. Entérate: ¿un negro se muda al lado de tu casa? Tu propiedad vale menos. Pero eso no es racismo. Racismo hay en Cuba. Y io fui testigo de cómo lo impusieron. En La Habana tenía una compañera de banco negrita, muy buena, nos queríamos y nos tratábamos con todo respeto. Eia con sus cositas, io con las mías. En el recreo eia se iba a jugar con los suios al otro lado. Al salir, como no estaba bien visto que una morenita caminase por nuestra vereda, eia y sus amiguitas cruzaban y nos saludábamos, con todo respeto. Pero un día iegó Fidel y les ienó la cabeza con los derechos, la pelea, uf… Ahí se acabó el respeto. Y nació el racismo.
Luis Segura, el presidente de AFA, también tiene su particular lectura del devenir de la historia y la relata de manera cristalina, casi candorosa, aunque con menos gracia que la cubana rubia. Solemne, como Nietzsche anunciando la muerte de Dios, afirmó:
El grondonismo ya no existe. Murió. Pero ojo que con Don Julio en vida éramos todos grondonistas, sin excepción; íbamos a su casa o le pedíamos algo. El que dice que no lo era miente.
El presidente, pragmático y con mejillas de amianto, elude el elogio excesivo al ausente  –antes, su especialidad–  o a la tentación de erigirse como su continuidad. Prefiere, en cambio, situarse en el papel de dirigente con oficio, lo que llaman “un hombre del fútbol”. Asumirse como ultragrondonista y a la vez decretar su muerte suena a suicidio político. Pero no. Todo se recicla y los discursos se acomodan, como los melones en la caja del camión. Feliz, prepara su panquequera: movimiento de muñeca, la masa vuela gira y cae, como un pétalo. Crack. Entonces lo dice:
—Aquella AFA rica, ultravertical y con todo el poder en manos de Julio era un extremo nocivo, no era bueno. (¿Ah, no? Oh. ¡Lo que debe haber sufrido este pobre hombre que fue delfín y mano derecha de don Julio, sometido por un sistema que, en el fondo, aborrecía!).
—¿Y ahora?
—¿Ahora? Ojo, que esto que pasa hoy es el extremo contrario y tampoco es bueno para la AFA, eh. (Tal vez “esto” sea la lucha política en la que, oh paradoja, él está metido hasta la coronilla. Demasiado conflicto en una casa acostumbrada a la feliz unanimidad)
—¿Cómo se lleva con Tinelli?
—Quieren instalar una división que no existe. Tiene su oficina al lado de la mía. Con él comparto muchas ideas. El tema es quién las llevará adelante. (Pequeño detalle. En lo mismo están Scioli, Macri y
Massa).
—¿Qué cosas comparte con él?
—Por ejemplo que a la AFA le hace falta más transparencia. Y crear equipos de trabajo. (¿Más transparencia, dijo? Mirá vos. ¡Qué moderno! ¿Y equipos de trabajo? Es otro Segura: eso es evolución)
—Mire: en el 5° punto del Plan Tinelli dice: “Selección = Marca Messi. Si tenemos al mejor del mundo, tenemos que tener la Selección con mayores ingresos del mundo”. ¿Qué le parece, Luis? Obvio, ¿no?
—La Selección hace buenos negocios y debemos mejorarlos. Pero la Marca Messi no es tan fácil de explotar porque él no es la Selección. Es cierto que cuando llaman, preguntan si juega Messi. Su presencia ayuda. Pero nuestro equipo, además, tiene peso propio y otros jugadores de prestigio. (¿Su presencia “ayuda”? “¿Otros?”. Hablamos de ¡¡M-e-s-s-i!! Ay. A veces Segura me parece un estrafalario Fukuyama, aquel vivillo que, agarrándose de los pelos de Hegel, ganó una fortuna con un librejo que, en los ultraliberales años 90 anunciaba, terminante: El fin de la historia. Un fenómeno que, en este caso, es igual pero al revés: del Espíritu Absoluto Grondoniano al caos dialéctico. Qué curioso.)
—¿Vuelven los visitantes?
—Este fin de semana haremos un experimento. Los hinchas de Independiente podrán ir a Lanús el domingo a las 21.30. Y el lunes, a la misma hora, los de Newell’s tendrán su lugar en La Plata para jugar con Estudiantes.
Desconcentración doble, masiva y a medianoche. ¡Qué buena idea! Si éste, nuestro Das Experiment, termina mejor que el film de Oliver Hirchbiegel (2002), celebraremos la vuelta de la fiesta y el color.
¿Y si algo falla, como el miércoles, cuando la barra de Vélez apretó al plantel; o el viernes, con un grupo de energúmenos armados atacando ferozmente a los jugadores de Lamadrid en pleno entrenamiento? Mmm…
Tal vez había que hacer otro experimento. Por ejemplo, quitarle el poder a esta runfla, no escoltarlos como si fuesen un ejército liberador, no pagarles más treguas políticas y meterlos en cana, de una vez.
¡Ops! Cierto, que se vienen los actos de cierre de campaña… Olvídense, muchachos. El que sepa rezar, rece.  Estamos vivos de milagro.
(*) Esta nota fue publicada en la edición impresa del Diario PERFIL.

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