miércoles, 13 de septiembre de 2017

ABRACADABRA


En tiempos de incertidumbre cualquier relación con lo etéreo e incorpóreo garpa. Como alargador de la tensión que integran esos componentes mágicos. El misterio y lo místico se asocian en la búsqueda de aquello que parece imposible. Porque si, finalmente, se obtiene le agrega épica a ese logro ansiado.

El Coco Basile previo a los partidos lanzaba talco al aire espeso del vestuario en la esperanza de que así disipaba la mufa. Bilardo, cuenta él mismo, usaba los mismos calzoncillos y medias además del traje con el había ganado y no se separaba de ellos hasta que una derrota incalculada los daba de baja. La camisa roja de Sabella, en fin, anécdotas de las que quieran.
Por cierto el estadio de Boca Juniors, la mítica "Bombonera", no es ajena a estos misterios deportivos, aunque es bueno recordarlo, no siempre la historia da cuenta de su infalibilidad. En la bombonera disputando la clasificación, también con Perú, miramos el Mundial de México 1970 por TV. Interesante nota de hoy en Página 12 del colega Veiga.
Pero mucho cuidado. Ya saben que cuando un dedo señala la luna los tontos miran el dedo.
¿Será que en la AFA van detrás de la magia para cortar la mala onda del team de Sampaoli u otra vez la política vuelve a ingresar por el ojo de buey de la habitación de arriba?
Analicemos. Llega Domínguez el hombre fuerte de la Conmebol para reunirse con ¿Tapia?. No. ¿Con Angelici? Menos. Y entonces, ¿a qué viene una autoridad deportiva sino es para reunirse con las autoridades deportivas de acá?
A reunirse con el Presidente de la Nación, obvio. Allí, dicen en segundos se destrabaron los problemitas técnicos y "reglamentarios" para utilizar el estadio "xeneise" y pasaron a tratar temas más importantes. ¿Cuáles? Mundial de 2030 que organizarían conjuntamente Argentina y Uruguay.
Pero un paraguayo con poder no cometería el error de no sumar como sede de esa Copa a su país en tiempos de unidad latinoamericana, Mercosur y, bueno para eso vino Domínguez. Accede al berretín de Macri. ¿Cuánto suma Macri si la Selección de Messi clasifica en la Bombonera? ¿No tiene garantizada, acaso, la ovación de la 12 (de Di Zeo) a su ilustre presencia? También, arriesga y mucho si se repite la tragedia de 1969.
Este ingreso del tercer país a la Copa, cuentan, enfureció a Tabaré Vazquez, Presidente de Uruguay que si bien está que trina, con la renuncia de su Vicepresidente tiene ocupado su tiempo como para perderlo en temas de política deportiva.
Y como para que les quede bien clarito que están cocinando a fuego lento algo más interesante que el partidito clasificatorio se anuncia la llegada al país-un día antes del partido ante Perú- de Gianni Infantino. O sea, con el mandamás de la FIFA, Domínguez y Macri se sella el acuerdo y la gilada seguirá discutiendo sobre magia y mística.
De manera señores que, está por demás claro, que los temas esenciales del fútbol no pasan ni cerca de la calle Viamonte, como cuando reinaba el patriarca de Sarandí. Hoy lo esencial del fútbol se discute en Balcarce 50, como en las viejas épocas.


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