A paso redoblado y sin pausa continúa el juego del timorato. Como una mueca cruel la realidad devuelve una sobre carga de partidos a precio de "premier league". ¿Qué pasó con los reclamos, cuando desde el anonimato escribían a su blog oficial denostando la seguidilla de partidos del año pasado para recuperar el tiempo del paro en defensa de los derechos de los clubes? Ahora ni la falta de efectivos policiales (por el partido de Gimnasia y la visita del matrimonio gobernante) ni el Día de la Madre son motivos de suspensión. Atrás quedará la demagógica apelación de que los jugadores amateurs o aficionados no pueden ser sometidos a un régimen de acumulación de partidos similar al profesional.
Todo se va acomodando. Ni siquiera hubo imaginación para disfrazar de gatopardo lo que habría de venir. Una vuelta inútil al pasado que como era de esperar solo festejan quienes se identifican con el.
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