Atrás quedará el dogma laico que reza: "los únicos privilegiados son los niños". Hay en marcha un plan siniestro urdido por quienes están en calle 6 con un único objetivo: adaptar la Liga a la realidad sus clubes cuando debería ser exactamente al revés. Ya lo hemos explicitado en anteriores notas que para eso se necesitan dos condiciones: un pusilánime sin formación sentado en el sillón de la presidencia y la capacidad para manejarlo y concretar de ese modo sus oscuros objetivos.
El fútbol infantil desgastado y con poco estímulo y motivación empieza a alejarse y despedirse de la Liga.
Para alegría de la vieja guardia y de los boliches que dicen practicar una disciplina deportiva aunque no hacen absolutamente nada por fomentarla ni promoverla.
Esta bala de plata está reservada desde el momento mismo que se interesaron por copar la Liga.
Nunca tuvieron méritos deportivos. Solo accedieron a éxitos deportivos circunstanciales o bien trayendo jugadores de otro lado (cooptando clubes inclusive) u otorgando el mecenazgo a sindicatos o mafiosos que necesitaban lavar dinero. Otros en cambio en los últimos 15 años no han podido proyectar un solo jugador de divisiones menores y persisten en apostar al viejerío amigo para proclamar eufóricos: estamos en la Liga. Nada nuevo bajo el sol aunque la prioridad que marcaba EVITA en el siglo pasado, al menos para la Liga, quedará derogada.
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