
Siempre incomoda la verdad. Es inconveniente, ruboriza y para colmo deja al descubierto las falencias propias. El rey está desnudo, por fin, gritó un niño (que al igual que los borrachos-sin alusión personal al exaltado y su cosanguíneo-siempre dicen la verdad) y dejó al descubierto el engaño que con tanto esmero armaron los dos estafadores durante el tiempo que lograron monopolizar la confianza de Su Majestad. El final de la historia todos lo saben.
El engaño urdido y preparado por el timorato será como una de sus características: breve.
De todos modos el tiempo que demande este desatino habrá que cuidar y mucho todas las trampas y artilugios que intentarán. Lo del seguro es un árbol, un pequeño arbusto si les gusta, el bosque es lo que tenemos que mirar.
 
 
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