PAPELON

El ingreso de Nelson y Curdele al predio de La Plata F.C. como garantes y escoltas de sus inadaptados torcedores franqueando el paso de cervezas y demás bebidas alcoholicas que al calor de una tarde infernal fueron fermentando en estas bestias para desembocar en las agresiones posteriores interrumpiendo dos veces el baile de los coreanos son las mejor y mas cruda imagen de algo viejo y petético que nunca se pensó en volver a ver.

Esta banda alienta el pasatiempo del cuñado del Secretario General de la UOCRA como "técnico" de este emprendimiento deportivo-sindical que hoy maneja el fulbito poco competitivo de For Ever.

Curiosidades repetidas. La UOCRA bajo la breve conducción de Coronel también se había hecho cargo del manejo del fútbol de ese club en el año 2000 y luego de un escándalo terminó su sueño de jugar un torneo nacional en el 2001. Ocho años después con Medina como jefe del clan volvieron para quedarse.

El papelón de estos dos pobres tipos queda reducido a eso simples garantes de desmanes y excesos. Defensores caracterizados de ordas alcoholizadas, narcotizadas y descontroladas.

Debilidades que le son inherentes y comparten con esta escoria. De no haber manipulado las reglas y normas vigentes en la Liga este club jamás estaría representando a la Liga en un Torneo Nacional. Sin embargo, para ser funcionales al circo del violento Medina -que mostró en la quinta de San Vicente hasta donde maneja la violencia como herramienta para dirimir sus conflictos- y a sus operarios de la "bolsa" se le otorga un privilegio inadmisible que termina en este bochorno.

Pero, al fin, no serán alcohólicos irredentos quienes detengan este horror.

Pretenden frenar el baile deportivo y los informes arbitrales con amenazas y acciones patoteriles que creíamos superadas. Obviamente no será el Organismo que ¿maneja? la seguridad con un miembro preso de ese mismo comité por facilitar los negocios y venganzas a la barra brava de Estudiantes de La Plata el que detenga este foco de incendio que se sabe donde y como termina.

Quizás el incontinente que, arrastrando su osamenta presenció el lamentable espectáculo tenga algo para decir y hacer.