 Navegando en aguas de borrasca entre la decepción y el sopor. Rios de tinta, artículos en la web y posteos en los blogs y redes sociales para todos los gustos sobre las causas del no éxito de nuestra selección.
Navegando en aguas de borrasca entre la decepción y el sopor. Rios de tinta, artículos en la web y posteos en los blogs y redes sociales para todos los gustos sobre las causas del no éxito de nuestra selección. Ese maldito péndulo argentino que inmortaliza a los seres vivientes y a las pocas horas los lapida en acto publico. La vieja historia de utilizar los eventos deportivos con fines políticos exponiendo estupideces tales como: "se juega como se vive" y resulta que tres de las cuatro selecciones que están en semifinales representan a países que atraviesan una de las peores crisis económicas y sociales de su historia. Largas consideraciones sesudas sobre el desvío del viaje de Crisitina Fernandez a Sudáfrica y ni una sola palabra sobre el lamentable espectáculo de Angela Merkel -que entiende de fútbol como el auditor -en la goleada de Alemania a expensas de nuestra selección. Cosas que pasan. En estas horas la tentación de caerle al teclado ensayando críticas o justificaciones se vieron recompensadas en no haber aportado a la cuenta de la verguenza del panquequismo que tanto lascera nuestra identidad cada vez mas repugnante en términos de disfrute sobre lo auténticamente ganado.
Ahora las caras extrañas de la ocasión desfilan con consejos y exámenes interminables sobre lo que nos pasó y pronósticos sobre lo que pasará. Es inevitable ante una caída el mejor remedio es pedirle auxilio al mago sin dientes. Algún truquito que nos permita salir rapidito como aquel galán de cabotaje que se cayó de culo y de un salto se paró y acomodó el traje maldiciendo las baldosas. Triste, no? todos lo vieron a él desparramado sobre las baldosas no al revés. 
Tiempos de discusiones y patrañas tan apasionante como el fútbol este deporte, también nacional: el alpedismo.
Hay que esperar cuatro años mas en medio de la borrasca y el sopor. 
Igual en calle 6  no descansan para aportarle a la estupidez local y convencieron al marmota que un tartumudo entre balbuceos y muletillas puede explicar como siendo el principal responsable del retorno de la violencia a las canchas de nuestra Liga puede enseñar a erradicarla. Increíble. Y Tato preguntaba al final del monólogo: ¿esto es ARGENTINA?
 
 
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