IDOLOS Y PROCERES

Difcil esto de enteder e interpretar el SER argentino. Mucho mas complicado, aún, decodificar sus vericuetos genetico sociales. Ese colectivo bipolar que pasa de un estado a otro sin transiciones ni anestesias que ayuden a sobrellevar los dolores.

Ser procer es ser tapa de Billiken. Cara de billete o historia que no se revisa ni se toca.

Es Ser argentino en su máxima expresión de pureza. Cualquier cuestionamiento o intento por llevarlos al plano humano se considera un acto de traición que trae mas problemas que amigos. Eso si todos abandonados y despreciados por sus contemporáneos. Moreno, San Martín, Rosas, Yrigoyen, Peron y ¿Alfonsin? Se los combate en vida y se los venera muertos. Siempre es oportuna citar sus frases en ocasiones.

Ser idolo es la profesión mas dañina y mas miserable. Y todo eso porque la velocidad de vértigo que impone genera mucha adrenalina previo a la inexorable colisión que te termina en la lapidación pública. Para serlo hay que ser campeón y ya sabemos cuantos amigos tiene el campeón. Pero, siempre hay un pero.

Pasó con muchos ídolos que padecieron el ocaso en soledad (y la mayoría en la ruina y la miseria) para volver al olimpo, pero, eso si ya fiambres.

Gatica, Bonavena, Monzón, Corbata, Suñe y ¿Maradona?

Difícil, contradictorio pero, eso si, bien argento. Duele pero es verdad