Dicen
los creadores del ogro Shrek que la conversión de la princesa Fiona es la
moraleja que rompe las barreras de la estética preestablecida. El amor está por
encima de cualquier estereotipo, aún, de los hegemónicos.
Sin
embargo invertir en un circo y que te crezcan los enanos hiere la moral capitalista
y se instala dentro de aquellas causas indeseadas que deben eliminarse.
Del
famoso “jefecito” o “diga jefe” a este elenco de renovación que impuso Toviggino
respecto de ese “jefe” hay un abismo del que no se vuelve. Como en la
conversión de la princesa Fiona.
En
los mentideros de los pasillos del edificio de Viamonte dicen que el bochorno
de Mar del Plata con la Federación del Este llevó a que los asesores oficiosos
de “Santiago Querido” lo convencieran que ahí no había futuro promisorio. “Son
los sub 60 que se matan por volver” le habría espetado un leguleyo
devenido en asesor, apodado “retoño”, a quien las malas lenguas describen como “a la fotocopia le faltó tóner”. Portador
de apellido más no de carisma ni talento expone sus menciones académicas y su
valioso tiempo profesional en grupos de WhatsApp.
Otros
señalan que Tovi está muy cambiado. Antes no dejaba en paz a ningún periodista
para que le publicaran notas de auto-bombo; hoy, si te atiende el celular, se
excusa con que en su finca tiene poca señal y corta. La gente cambia. Se cree
Tapia el ex hombre de Zamora, dicen.
Lo
cierto es que la renovación fue fuerte ya que nuevos o reconvertidos ninguno de
los nombrados reconoce la jefatura del abogado Fernández ni de Ceresa.
¿Qué
se espera de esta nueva alineación? Nada que desentone a los nuevos tiempos.
Que la rueda circule sin palos como proclama a boca de jarro el presidente
Macri y, al despotismo privatista de Armando Pérez se lo acompañe sin rezongos
como sugiere uno de los flamantes integrantes del variopinto y federal grupete.
“En
enero armaba revoluciones y en agosto quiere gestionar-viáticos mediante- el
orden establecido del neoliberalismo instalado en el fútbol” se ríen y
mascullan con bronca algunos de los que quedaron afuera.
Entre
ogros y enanos crecidos el golpe de anoche fue de Knout. La pregunta es si el
ayacuchense está como Ringo Bonavena en último round con Alí o es el “Roña”
Castro frente a Jackson que casi dormido contra las cuerdas sacó el golpe del
campeonato.
En
estas ligas se conocen hazañas de todo tipo aunque un avezado colega prevenga a
este cronista: “ya no puede golpear ni sus ilusiones”.
En
tanto, el abogado marplatense ayer pasó su día en silencio. Se supone en los Tribunales
atendiendo las 50 carpetas de los muchos poderes que siempre declamaba tener.
Por
ahora y hasta nuevo aviso las funciones del circo quedaron suspendidas.
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