En medio de la discusión de fechas para la asamblea, dónde gravitó bastante "llaverito" Crisci, pasó inadvertida la renuncia de Daniel Onofri, que el Comité trató con desdén.
Onofri, un impresentable ex-presidente y fracaso de Gimnasia y Esgrima de La Plata, comparte valores de traición, aconchabamiento y parasitismo con su amigo "cachete" Arteca. Partió, sin hacer bulla, antes de la diáspora, parece.
Onofri llegó al club de Gimnasia y Esgrima de La Plata acompañando como vicepresidente a un muy deteriorado en lo físico y, quizá algo más: Héctor "Cacho" Delmar. Apenas llegaron a la calle 4 y tomaron posesión en sus cargos, Onofri y sus muchachos (Arteca era uno) empezaron con la operación serrucho. Fácil como la tabla del uno, en pocos meses, crearon las condiciones para el que el veterano y ya desaparecido dirigente gimnasista diera un paso al costado no sin denunciar, públicamente, la traición y el modo rastrero en como lo corrieron.
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