miércoles, 8 de septiembre de 2021

AMANECER DE UNA NOCHE AGITADA

La tormenta, en la noche de un martes 
de setiembre, anticipaba que en el 
punto de inflexión de aquella reunión
se acumulaban todas y cuando digo todas 
son TODAS las tensiones.

No es un dato menor, estos seis larguísimos meses de postergación del acto asambleario de la Liga sirvieron para desactivar la avivada de cachete Arteca. Apenas Mazzacane anunció que no iba a buscar un nuevo período en la entidad primerió lanzando una candidatura insensata. Se cortó solo repetían los adláteres de Mazzacane. Pero neutralizar las ambiciones del cachetudo no era cosa fácil. 

Esto así porque en muchos clubes hay avidez de cambios; de intentar otro camino. En definitiva: un propósito que a la fecha brilla por su ausencia.

Eduardo Castagnani, o mejor, Castagnini, como lo llamamos aquí, puede ser la estación final o, tal vez quien logre encontrar y transmitir ese propósito que luego se desagregará en objetivos y metas. La visión compartida que tan bien explicó Peter Senge en su imprescindible ensayo "La quinta disciplina".

Hubo tensiones para acreditar quien ingresaba y quien merodeaba la casona de calle 6. Periodistas jugando al backstage de la asamblea con "notitas de color" en el patio trasero de nerviosos caminantes que iban y venían. "Seguridad" privada; reproches, palabras airadas. 

Sin embargo, la suerte estaba echada. A cachete lo descansaron con los asambleístas de Curuzú Cuatiá y la integración de Pino Pietrosimone al Tribunal de Cuentas. Y esto pasó hace rato.

Quedará por mucho tiempo el instante consagratorio de Castagnini en el cual se liberaron, en abrazos y llantos, las tensiones acumuladas en estos meses. La empleada que desencajada gritaba ¡Traidor! ¡Hijo de P...! ¡Maltratador!. Anticipamos en este blog en la entrada "Al que nace cachetón" que el club Las Malvinas reclamaba se respeten a los empleados. Al parecer las insinuaciones no correspondidas por una empleada mutó a acoso y luego a maltrato y esto lo sabían hasta los que venden huevos y desodorantes en el ex-hotel contiguo a la Liga. Escena de película italiana de los 1960 Castagnini azorado y Pino Pietrosimone que con una botellita de agua intentaba silenciar a la joven en crisis nerviosa para obturar lo que hoy es un escándalo. 

Con cachete llegaba la patota y un modo especial de conducción ¿por eso la "seguridad" privada?

Arteca se queda masticando odio pero aún conserva la capacidad de daño y probablemente intente alguna impugnación leguleya a las representaciones de Las Malvinas y Curuzú Cuatiá aunque es mas viejo que la plasticola: el que está adentro tiene la ventaja. Por mas que los "amigos" de Arteca tengan llegada a la Dirección Provincial de Personas Jurídicas nada variará.

No tomaremos en cuenta los primeros balbuceos de Castagnini sobre el sponsoreo y la defensa de los clubes porque como espontáneamente declaró todavía estaba anonadado con el resultado  tan estrecho como imprevisible. 

Ladies and gentelmen he aquí la crónica de una noche que tuvo de todo. No defraudaron porque como siempre sostuvimos son un corso a contramano. Quienes nos siguen sabían del maltrato de cachete, de las movidas y que el resultado apretado estaba mas cantado que la marcha de San Lorenzo. Nada nuevo bajo el sol. 

Vermouth con papas fritas y good show.


No hay comentarios:

Publicar un comentario