La murga mazzacaniana cesa la usurpación de la Liga Amateur Platense de Fútbol, en coincidencia con el final de los carnavales. Toda una metáfora de estos aciagos doce años del "tero tartamudo" y su "breve" sucedáneo que no se privó de ninguna fotito para publicar en sus redes sociales. La decadencia para la institución de la calle 6 a estas alturas es inocultable. Veamos.
Pérdida de peso específico en el Consejo Federal de la AFA, nula participación o, reducida a una insignificante asistencia en la Federación de Fútbol Pampeano Bonaerense, que levantó sin hesitar su asamblea en La Plata, prevista para éste sábado. Irrelevancia en el universo institucional y político platense y regional y, desde lo deportivo, ningún logro que merezca ser contado ni mucho menos añadido a la larga historia de la centenaria entidad.
¿Qué esperaban de una Cámara de Apelaciones requerida por el poder político de turno? Un fallo de manual con los clichés arquetípicos a los que nos tiene acostumbrados el poder "famigliar" expresado por la judicatura platense. Debía definir dos hechos irremontables:
1. La Agrupación Infantil Las Malvinas estaba intervenida por la Dirección Provincial de Personas Jurídicas e imposibilitada de designar asambleístas. La intervención, desde luego, es previa a la designación de esos dos asambleístas que terminaron votando y definiendo la elección, y
2. Centro de Fomento Curuzú Cuatiá fue normalizado mediante una asamblea de socios y se trabó e imposibilitó que sus flamantes autoridades presentaran sus asambleístas, en reemplazo de los que la Liga tomó como designados.
Es inveterado el criterio acerca de que la apelación debe ser una crítica razonada y concreta de la sentencia o, en este caso, del acto administrativo impugnado. No cuentan los soporíferos argumentos de lamento, menos la disconformidad con el criterio del inferior (en este caso la Dirección Provincial de Personas Jurídicas) aún cuando la jactancia argumental leguleya luzca como solvente. El mazzacanismo a través del "breve" Castagnini no supo ni pudo explicar de dónde sacaron ese padrón de asambleístas no previsto en el estatuto y que decidieron cerrar horas antes del acto asambleario. Menos todavía los dimes y diretes de Las Malvinas donde sus directivos, separados de la conducción por adeudar durante años documentación esencial, para el organismo de contralor, terminaron exhibiendo como excusa mensajes de texto enviados al interventor sin respuesta de parte del funcionario.
Usurparon primero y colonizaron después la Liga para vaciarla de contenido. Se perdieron clubes de otros distritos: Las Lomas de Guernica; Polideportivo Plátanos; y se sumaron en reemplazo agrupaciones con canchas de nueve a medio armar. En torneos regionales y nacionales la Liga está ausente o con un presente de espanto dónde sus representantes son goleados por equipos sin historia. La zanahoria que quieren mostrar es que el equipo de Mazzacane puede ingresar a la Primera D de la AFA, en tanto, hace rato largo que cualquier pretensión a un torneo nacional es una quimera. Les regalaron las selecciones juveniles a Estudiantes y Gimnasia y Esgrima de La Plata, o sea, pusieron al zorro a cuidar el gallinero y encima no le ganan a nadie.
El final cantado deja a la centenaria institución vacía y con todo por hacer. Es de esperar que la superación de esta chatura y mediocridad no sea el suicidio de poner al frente a un parásito que carece de la más mínima actitud moral.
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