Terminado el escrutinio de mañana empieza una nueva campaña. Campaña, por cierto, no menos extenuante ni menos comprometida que la que resolverá mañana al próximo Presidente y, por ende el destino de todos los argentinos. Desde el 10 de diciembre coincidirá su mandato con el del presidente que surja en la AFA el 3 de diciembre. Ambos compartirán además las transformaciones y cambios las circunstancias y el país exijan. 
 Es por eso que el esquema de ajuste que aplica Segura junto a su "inyenieri" especializado en reglamentos de fútbol y restorantes porteños no termina de entenderse.
Es por eso que el esquema de ajuste que aplica Segura junto a su "inyenieri" especializado en reglamentos de fútbol y restorantes porteños no termina de entenderse.
Acotar calendarios, restar plazas e incluso lanzar torneos no obligatorios sin pérdida de plazas a quienes las detentan hasta hoy se parece mucho a organizar una fiesta previa y, entonces cuando la mayoria de los invitados se quieran preparar para la fiesta posterior ya no consiguen trajes en ningún lugar. Viejo chiste ese de marginar a aquellas instituciones con poco presupuesto para potenciar todavía mas a las que económicamente cuentan con apoyo y medios suficientes como para secar la plaza y llevar y mantener a los mejores jugadores.
Vuelven las nuevas viejas recetas concebidas en la cansada y acotada cabeza del abogado desocupado. Marginar antes que incluir. Dividir y segregar antes que sumar e integrar.
Se sabe que las concepciones elitistas tienden a ver al fútbol del interior entre los opulentos y los parias. Una suerte de taxonomía absurda y medieval donde los probos se conocen de antemano y nadie mejor que los iluminados como el letrado y el inyenieri para cursar las invitaciones a esas fiestas para pocos donde la mayoría como es de estilo siempre mira desde afuera.
Nada nuevo bajo el sol. Las mismas recetas y el mismo ajuste en tiempos donde el cambio parece sobrevolar sobre la lumbre de cerebros tan gastados.
 
 
No hay comentarios:
Publicar un comentario