
Cuando el breve y sanguinario período de terror y muerte del brujo López Rega tuvo su punto culminante a partir de la muerte del General Perón una de las campañas publicitarias de esos días de aprietes, exilios forzados y masacres fue aquella que acuño la frase "El silencio es salud". Enunciado patético que ponderaba como valor social el "No te metas" y el posterior "Algo habrán hecho" toda actitudes deleznables que serían indispensables para el genocidio reorganizador que se venía.
"Morimos el día que guardamos silencio ante la injusticia" alguna vez bramó Ernesto "El Che" Guevara pero esa sí es harina de otro costal.
La AFA moyanista que conduce Claudio Fabián "El Chiqui" Tapia pretende desempolvar aquellas canalladas setentistas de guardar prudente silencio frente a la calamidad. Sí, ante una "desaparición forzada de persona", dicho sea de paso un crimen de lesa humanidad nada mejor que no meterse.
El fútbol argentino siempre fue utilizado para distraer a las masas. En esa lógica punga donde te distraen por delante para bolsiquearte por detrás es necesario que la masa se ocupe de goles, expulsiones y otras yerbas antes que de temas sensibles que monopolizan los políticos y no los "dirigentes deportivos" que se ocupan de cuestiones más gratas.
Los crímenes de lesa humanidad son "política" y nada mas funcional a una infamia que una AFA saludable por su silencio oportuno.
No autorizar al club San Lorenzo de Almagro a ingresar con un banner reclamando por la aparición CON VIDA de Santiago Maldonado es una de las bajezas que esta AFA manejada por burócratas sindicales y testaferros de caciques provinciales ya no podrá borrar.
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