"Something is rotten in the state of Denmark"
Wlliam Shakespeare
En la última sesión del Comité Ejecutivo, la abogada Mónica Jurinovic les recordó el reglamento y le contestaron que "...había que dejar de hilar tan fino e ir para adelante". Mas imbécil no se consigue. El mazzacanismo que vivió doce años a la intemperie de la ley, y se enquistó, en carácter de "okupas" en la casona de calle 6 y, nunca fue reconocido por el organismo de contralor de las personas jurídicas (asociaciones civiles) cree que respetar las normas es un tema de hilados fino o grueso.
El final es incierto porque depende de la Cámara de Apelaciones y la Sala que entienda en el recurso. Ahora, la respuesta, en el Comité, a la delegada opositora deja expuesto que el ideario (si es que al divague se le puede otorgar esa categoría) del "tero tartamudo" y el grupete de subnormales que lo secunda está llegando a su fin. Resuelva como lo haga, la Cámara de Apelaciones, está estupidez de que las normas son situaciones de hilandería que evita ir hacia adelante solo puede caber en cabezas muy pero muy reducidas. Si hacia adelante está el vacío no hay que dar ningún paso y no está demás recordar el reglamento que evita que la institución se incendie por la imprevisión o taras cognitivas de sus ocupantes.
El juzgado Civil 25 a cargo del juez Cattogio mandó la medida peticionada por los abogados liguistas a la Cámara, o sea, miró en el perchero el poncho colgado y dijo "...a mí no me cabe y, obvio, no se lo puso". En criollo: se saco el tema de encima. Mal presagio. De cualquier modo a esperar. La buena noticia: es que el tiempo de la estupidez y la ilegalidad está llegando a su fin. Ya nada detendrá eso.
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