“Todos los animales son iguales pero algunos
animales son más iguales que otros”.
George Orwell
Rebelión en la granja.
Cuando no hay liderazgos ni conducción, el peligro es el desplazamiento azaroso de la manada.
En este caso los clubes atravesados transversalmente por la tragedia, el desastre económico y la injusticia tomaron una decisión histórica y se convencieron que seguir agachando el lomo es morir lentamente.
Irreprochables los motivos que expresan los clubes, en una nota sobriamente redactada, para explicar porque no seguirán jugando en estas condiciones.
Dos años cerrados. Escasa, nula ayuda estatal. Imposibilidad manifiesta que sea la propia comunidad el sostén de las instituciones barriales eran de por sí razones de peso. Sin embargo fue la arbitrariedad del bureau policial llamado APREVIDE la gota que desbordó el vaso.
No es un tema arancelario de los árbitros o de aumentos de los adicionales de la Policía. Es pedirle a nuestros clubes estoicismo cuando en el país debaten si darán un dólar diferencial a las patronales agropecuarias o el ministro de economía afirma sin ponerse colorado: “…sabemos que sobre facturaron al comprar y sub facturaron al vender y encima fugaron la plata al exterior; sino se arrepienten los denunciamos”. Beneficios a los extorsionadores que atesoran granos en silo bolsas y llamados de atención a los evasores y fugadores de divisas. A nuestros clubes palo y aumentos. No cierra por ningún lado.
Por fin la dirigencia se puso los pantalones largos y dejaron de arrastrarse.
Y no es apoyo a un ladrón como Mazzacane o a un imbécil como Castagnani, nada de eso. Tampoco van en contra de la intervención. Es un grito de dignidad.
La dignidad de los nadies que siempre deben esperar. Hoy, el espíritu fundacional y su historia nos devuelve rediviva una Liga que siempre fue grande a pesar de los ladrones y canallas que la asolaron.
Despertó la Liga y eso está muy bien.
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